Las expectativas actuales de participación en la actividad escolar son, en líneas generales, bajas e irregulares. Eso hay que relacionarlo también con el poco interés que parece existir entre los estudiantes hacia los cargos representativos y el escaso número de éstos motivados para presentarse como candidatos a delegados de grupo o a miembros del consejo escolar, cargos para los que no son preparados y que pueden ser problemáticos.
Creo que es evidente que el hecho de que los alumnos participen en la vida escolar es positivo, que puedan expresar sus puntos de vista (si quisieran, anónimamente) y participen en decisiones y actividades del centro ya que así se puede ayudar al progreso del centro al entender más directamente el material que están moldeando .
El proceso de enseñanza-aprendizaje se debe basar en el diálogo mutuo y en la interacción tanto entre los propios alumnos como profesor-alumno. Puntos a tener en cuenta serían: la realización de proyectos escolares donde los alumnos tengan protagonismo, la realización de encuestas o cuestionarios para consultar su opinión, la participación en los consejos escolares y en los procesos de evaluación y mejora del centro.
Mi propuesta es concienciar a los alumnos, pero sin olvidar también a los padres, abriéndoles la puerta en cierta medida a la participación y ayuda en la escuela.
¡Hola Marcos!
Estoy de acuerdo con la idea general que has querido transmitir con esta entrada. Creo que escuchar a los alumnos es completamente indispensable para que los centros funcionen correctamente. Al fin y al cabo, son ellos (o deberían ser) los protagonistas.
Me parece buena idea que incluyas en el blog tu Instagram y una playlist de Spotify porque así podemos conocerte mejor.
¡Un saludo!